Una parte del diente se encuentra en una zona a la que no se puede acceder bien con el cepillo de dientes. La presencia de placa dental o sarro en esa zona provoca caries y periodontitis. Las fisuras o hendiduras en las superficies masticatorias y las zonas entre los dientes son áreas críticas en cuya limpieza se debe insistir más.
En el caso de los molares suponen casi el 40% de la superficie dentaria. Pero independientemente del tamaño de estas zonas, son áreas críticas que deben limpiarse con más insistencia. Cada día se debe «mover» la placa con un cepillo interdental adecuado o un hilo dental. Los ácidos de la placa necesitan 24 horas para trabajar sobre el diente.
Si le dedica unos segundos cada día y utiliza el suave hilo dental o los cepillos interdentales yaweco, estará haciendo todo lo necesario para seguir conservando sus dientes naturales. Y la próxima visita al dentista le resultará más grata.
Si incluso las cerdas de tipo suave le resultan demasiado duras, puede reblandecerlas con agua caliente. Cuanto más caliente sea el agua, más se reblandecerán las cerdas. Este efecto es más intenso con cerdas naturales que con cerdas de nailon. Después de cepillar los dientes, cuando las cerdas se vuelven a enfriar, recuperan su rigidez y propiedades habituales. Las cerdas naturales solo están disponibles en versión dura porque este tipo de cerdas no se puede procesar para hacerlas más finas y por consiguiente más blandas.
Puede lavar el mango en el lavavajillas, dado que es resistente a altas temperaturas. Lo único que sucederá es que desaparecerá la inscripción del mango. También puede sumergir el cepillo de dientes brevemente en agua caliente o hirviendo. No obstante, suele ser suficiente con aclararlo con agua. Si al cambiar el cabezal descubre residuos en la parte correspondiente al cabezal del mango, puede eliminarlos con agua. Estos residuos son inocuos y están compuestos en parte por restos de dentífrico, que inhibe la proliferación de bacterias.
Sobre todo por razones higiénicas En el interior de los orificios donde se alojan las cerdas para unirse al cabezal, existen espacios entre las cerdas en los que quedan retenidos residuos. Al microscopio se puede apreciar que las cerdas naturales son como un tubo abierto en su parte superior. También aquí se pueden acumular restos de dentífrico, saliva, etc., aunque en cantidades microscópicas. Además, los extremos de las cerdas se rebajan dándoles una forma redondeada para no dañar la encía ni el esmalte dental. Con el desgaste de las cerdas, parte de este acabado redondeado suele desaparecer.
En el paquete de recambio yaweco tiene a su disposición 4 cabezales para que le sea más fácil seguir nuestro consejo y cambiar el cabezal cada 8-12 semanas. Es práctico, cómodo y económico.
Los materiales que componen las cerdas de nailon no contienen sustancias de origen animal. No obstante no se puede descartar el uso de materiales auxiliares y consumibles durante la producción que contengan sustancias animales. La producción se compone de varias fases, por lo que es difícil hacer un seguimiento de estas particularidades. El hecho es que en el producto acabado las trazas de sustancias de origen animal son práctica o totalmente inexistentes.
En el caso de los cepillos de dientes con cerdas naturales, éstas provienen del cerdo, por lo que no son veganos.
El desarrollo de los dientes se inicia en el seno materno, una razón más por la que la futura mamá deberá prestar una atención especial a una alimentación equilibrada y rica en minerales.
Debe empezarse con el cepillado de dientes desde la erupción del primer diente. Al principio los padres son los que deben cepillar los dientes del niño. Con toda seguridad, el pequeño querrá hacerlo él solo al cabo de poco tiempo. Esto está bien, pero el adulto deberá repetir el cepillado. Hasta los 6 años los niños no han desarrollado suficientemente la motricidad fina para poder limpiar bien los molares, además del resto de dientes. También se recomienda limpiar los espacios interdentales de los dientes posteriores cada 2-3 días. Motive a su pequeño haciendo que el cepillado de dientes sea lo más agradable posible. Y hay algo que todos sabemos: los niños nos imitan. Con su ejemplo su hijo empezará en cualquier momento y con toda naturalidad a cepillarse los dientes y a limpiar los espacios interdentales. Aunque tenga una buena higiene dental, no deje de llevar a su hijo al dentista para las revisiones periódicas de prevención. Una cosa no sustituye a la otra.
La mayoría de las personas consultadas (más del 70%) en una encuesta realizada en Alemania afirma que se lava los dientes dos veces al día. La mayor parte de restauraciones que realiza un odontólogo están relacionadas con la caries y la periodontitis y se deben a una higiene deficiente de los dientes.
Está claro que no es una cuestión de frecuencia del cepillado.
Para cepillar los dientes se sostiene el cepillo más o menos en ángulo recto con respecto a los dientes y se mueve desde la encía hacia la punta de los dientes («del rojo al blanco»). Primero las superficies masticatorias, luego las caras externas y finalmente las internas. Debe ejercerse la menor presión posible sobre el cepillo para no dañar la encía ni el esmalte, sobre todo de la zona del cuello del diente, que es una parte más sensible. Así es como debemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños.
Una parte de la superficie dental se encuentra encarada a otro diente. El cepillo de dientes no puede acceder a todos los puntos de esa zona, por lo que se recomienda hacer una limpieza específica de esa área. Para más información, consulte el apartado «Hilo dental».
La lengua también tiene placa. En ella se asientan bacterias que a menudo causan mal aliento. Solo tardará unos segundos en eliminarlas fácilmente con el cepillo de dientes de cabezal reemplazable. Para ello retire el cabezal, raspe la lengua con la pequeña parte anterior del mango de atrás hacia delante y lave el mango con agua. Luego puede volver a colocar el cabezal. A diferencia de otros raspadores linguales, el cepillo dental tiene una zona de raspado pequeña. Ofrece la ventaja de que al limpiar la lengua no se provoca el reflejo faríngeo tan fácilmente. Y es igual de eficaz.
Los cepillos interdentales yaweco Circum® están concebidos para que su uso resulte sencillo y agradable. Lo más importante es no dañar la encía. Introduzca el cepillo en el triángulo que forman la encía y los dientes adyacentes. Puede moverlo un poco pero sin ejercer presión. Si el alambre se dobla significa que el cepillo es demasiado grande. Si no existe una talla inferior, utilice un cepillo interdental de un diámetro menor o bien hilo dental. Si se reforzara el alambre existiría el riesgo de ejercer más presión a la hora de utilizar el cepillo interdental y por consiguiente de dañar la encía. Así lo confirman los estudios clínicos. Un modo más drástico de explicarlo sería decir que un agujero en la encía es peor que dejar de limpiar un espacio interdental. Aunque la placa en los espacios interdentales provoque problemas dentarios, como se ha mencionado.